TÃtulo : | Educar mentes curiosas : el reto de la ciencia en la escuela | Tipo de documento: | texto impreso | Autores: | Guy Claxton, Autor | Editorial: | Madrid : Visor | Fecha de publicación: | 1991 | Colección: | Aprendizaje num. 101 | Número de páginas: | 185 p | ISBN/ISSN/DL: | 978-84-7774-101-5 | Idioma : | Español (spa) | Clasificación: | [Palabras claves]APRENDIZAJE [Palabras claves]CIENCIA [Palabras claves]ENSEÑANZA DE LA CIENCIA
| Resumen: | Cuy Claxton, quÃmico y psicólogo especializado en el campo de la didáctica de las Ciencias es un hombre que a través de sus escritos muestra siempre su carácter provocador y al mismo tiempo estimulante. Provocador porque sus postulados los plantea a menudo como enfrentamientos, polemizando y destacando más los desacuerdos que los acuerdos con los puntos de vista de otros. Estimulante porque no hay duda de que las ideas que lanza hacen pensar y replantear formas de actuación que por el hecho de ser tan habituales ni tan solo reconocemos que pueden ser objeto de crÃtica.
Lo que no sé si consigue tanto es proponer alternativas reales al problema que, según sus propias palabras, le motiva a escribir su libro: "en la actualidad, la enseñanza de las Ciencias es una auténtico desastre".
A través de siete capÃtulos, pasa revista a muchos de los temas más vigentes en relación a la enseñanza de las Ciencias. AsÃ, en el primer capÃtulo, analiza los malos resultados de los diversos sistemas de enseñanza, especialmente en conseguir que a todos los estudiantes les interesen las Ciencias y aprendan significativamente. En el segundo hace una descripción crÃtica de las clases de Ciencias, de las vivencias de los estudiantes y de las frustraciones de los enseñantes. En el tercero cuestiona la utilidad de la ciencia que se enseña actualmente, examinando las relaciones entre la ciencia escolar y las demandas y problemas con los que se enfrentan los estudiantes en sus vidas fuera de la escuela. En el cuarto capÃtulo discute sobre si existe un "pensamiento cientÃfico", si la ciencia sólo avanza a partir de razonamientos lógicos o si de hecho los avances en el conocimiento cientÃfico responden a procesos fundamentalmente sociales.
En el quinto capÃtulo, más psicológico, analiza como ve el proceso de "aprender" desde perspectivas constructivistas y se agradece, sobre todo, su visión tendente a relacionar los aspectos cognitivos, emocionales, motivacionales y socioculturales, asà como el carácter a menudo especulativo y poco ortodoxo de sus razonamientos. En el sexto capÃtulo se discute una amplia gama de posibles objetivos de la enseñanza de las Ciencias y se pronuncia por distinguir entre lo que es posible enseñar y lo que es conveniente. Su análisis le lleva a afirmar que antes de los 14 años la transmisión de un cuerpo de conocimientos es incompatible con el desarrollo de actitudes y estrategias cientÃficas.
En el último capÃtulo plantea sus propuestas de reforma de la enseñanza de las Ciencias. No se trata en modo alguno de orientaciones que se puedan poner en práctica automáticamente, sino de ideas que continúan siendo muy generales y no excesivamente novedosas. El mismo autor reconoce este hecho y lo justifica diciendo que una crÃtica al sistema actual de enseñar Ciencias por sà sola ya es válida aunque no presente alternativas.
El libro, sin duda, denuncia muchas de las prácticas actuales sobre cómo se enseñan las Ciencias e invita a la reflexión. Cumple con su papel provocador y sólo por esta faceta ya es válida su lectura que, además es amena y fácil. En general, se pueden compartir muchas de sus ideas pero no creo que se puedan considerar innovadoras, ni que promuevan el cambio por sà solas.
Hay algunas aspectos que no me parecen demasiado bien planteados. AsÃ, por ejemplo, en su análisis, mezcla la crÃtica a la práctica de los enseñantes con la de marcos teóricos actuales sobre la didáctica de las Ciencias como si dicha práctica fuera consecuencia de las orientaciones curriculares que se prescriben. Me parece que esta mezcla no recoge ni clarifica el problema más importante de la renovación curricular que es el de la relación entre la práctica y la teorÃa. En la práctica educativa, los cambios son muy lentos porque se necesitan cambios en la ideologÃa y en los comportamientos de las personas -los enseñantes-. En cambio, las teorÃas evolucionan muy rápidamente. En veinte años de investigación en didáctica de las Ciencias, los marcos teóricos han variado y se han diversificado. En consecuencia, sobre el profesorado llegan ideas distintas, a veces confusas, que no consiguen desestabilizar una práctica consolidada a través de los años.
También creo que su afirmación sobre que no se puede enseñar simultáneamente a los estudiantes los puntos de vista y los procedimientos aceptados de la ciencia y las actitudes y estrategias de la investigación cientÃfica es muy discutible, especialmente si ello se concreta en la diferenciación de estos aprendizajes según las edades. Se podrÃa discutir sobre cuando se puede "suspender" a un estudiante si no sabe aplicar los conocimientos derivados de la ciencia actual, pero reducir su enseñanza a unos pocos años puede ser contradictorio con una visión del aprendizaje que parte de la evolución en los modelos explicativos del alumnado a lo largo de sus años de escolaridad.
En resumen, es un libro recomendable más para estimular el debate que para encontrar ideas nuevas y aplicables.
| Nota de contenido: | Cap. 1. ¿Ciencia para todos?
Cap. 2. Alicia a través del microscopio
Cap. 3. Laboralorilandia y el mundo real
Cap. 4. La naturaleza de la verdadera ciencia
Cap. 5. El estudiante como científico
Cap. 6. ¿Para qué enseñamos ciencia?
Cap. 7. La ciencia de la época
Índice temático
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Educar mentes curiosas : el reto de la ciencia en la escuela [texto impreso] / Guy Claxton, Autor . - Visor, 1991 . - 185 p. - ( Aprendizaje; 101) . ISBN : 978-84-7774-101-5 Idioma : Español ( spa) Clasificación: | [Palabras claves]APRENDIZAJE [Palabras claves]CIENCIA [Palabras claves]ENSEÑANZA DE LA CIENCIA
| Resumen: | Cuy Claxton, quÃmico y psicólogo especializado en el campo de la didáctica de las Ciencias es un hombre que a través de sus escritos muestra siempre su carácter provocador y al mismo tiempo estimulante. Provocador porque sus postulados los plantea a menudo como enfrentamientos, polemizando y destacando más los desacuerdos que los acuerdos con los puntos de vista de otros. Estimulante porque no hay duda de que las ideas que lanza hacen pensar y replantear formas de actuación que por el hecho de ser tan habituales ni tan solo reconocemos que pueden ser objeto de crÃtica.
Lo que no sé si consigue tanto es proponer alternativas reales al problema que, según sus propias palabras, le motiva a escribir su libro: "en la actualidad, la enseñanza de las Ciencias es una auténtico desastre".
A través de siete capÃtulos, pasa revista a muchos de los temas más vigentes en relación a la enseñanza de las Ciencias. AsÃ, en el primer capÃtulo, analiza los malos resultados de los diversos sistemas de enseñanza, especialmente en conseguir que a todos los estudiantes les interesen las Ciencias y aprendan significativamente. En el segundo hace una descripción crÃtica de las clases de Ciencias, de las vivencias de los estudiantes y de las frustraciones de los enseñantes. En el tercero cuestiona la utilidad de la ciencia que se enseña actualmente, examinando las relaciones entre la ciencia escolar y las demandas y problemas con los que se enfrentan los estudiantes en sus vidas fuera de la escuela. En el cuarto capÃtulo discute sobre si existe un "pensamiento cientÃfico", si la ciencia sólo avanza a partir de razonamientos lógicos o si de hecho los avances en el conocimiento cientÃfico responden a procesos fundamentalmente sociales.
En el quinto capÃtulo, más psicológico, analiza como ve el proceso de "aprender" desde perspectivas constructivistas y se agradece, sobre todo, su visión tendente a relacionar los aspectos cognitivos, emocionales, motivacionales y socioculturales, asà como el carácter a menudo especulativo y poco ortodoxo de sus razonamientos. En el sexto capÃtulo se discute una amplia gama de posibles objetivos de la enseñanza de las Ciencias y se pronuncia por distinguir entre lo que es posible enseñar y lo que es conveniente. Su análisis le lleva a afirmar que antes de los 14 años la transmisión de un cuerpo de conocimientos es incompatible con el desarrollo de actitudes y estrategias cientÃficas.
En el último capÃtulo plantea sus propuestas de reforma de la enseñanza de las Ciencias. No se trata en modo alguno de orientaciones que se puedan poner en práctica automáticamente, sino de ideas que continúan siendo muy generales y no excesivamente novedosas. El mismo autor reconoce este hecho y lo justifica diciendo que una crÃtica al sistema actual de enseñar Ciencias por sà sola ya es válida aunque no presente alternativas.
El libro, sin duda, denuncia muchas de las prácticas actuales sobre cómo se enseñan las Ciencias e invita a la reflexión. Cumple con su papel provocador y sólo por esta faceta ya es válida su lectura que, además es amena y fácil. En general, se pueden compartir muchas de sus ideas pero no creo que se puedan considerar innovadoras, ni que promuevan el cambio por sà solas.
Hay algunas aspectos que no me parecen demasiado bien planteados. AsÃ, por ejemplo, en su análisis, mezcla la crÃtica a la práctica de los enseñantes con la de marcos teóricos actuales sobre la didáctica de las Ciencias como si dicha práctica fuera consecuencia de las orientaciones curriculares que se prescriben. Me parece que esta mezcla no recoge ni clarifica el problema más importante de la renovación curricular que es el de la relación entre la práctica y la teorÃa. En la práctica educativa, los cambios son muy lentos porque se necesitan cambios en la ideologÃa y en los comportamientos de las personas -los enseñantes-. En cambio, las teorÃas evolucionan muy rápidamente. En veinte años de investigación en didáctica de las Ciencias, los marcos teóricos han variado y se han diversificado. En consecuencia, sobre el profesorado llegan ideas distintas, a veces confusas, que no consiguen desestabilizar una práctica consolidada a través de los años.
También creo que su afirmación sobre que no se puede enseñar simultáneamente a los estudiantes los puntos de vista y los procedimientos aceptados de la ciencia y las actitudes y estrategias de la investigación cientÃfica es muy discutible, especialmente si ello se concreta en la diferenciación de estos aprendizajes según las edades. Se podrÃa discutir sobre cuando se puede "suspender" a un estudiante si no sabe aplicar los conocimientos derivados de la ciencia actual, pero reducir su enseñanza a unos pocos años puede ser contradictorio con una visión del aprendizaje que parte de la evolución en los modelos explicativos del alumnado a lo largo de sus años de escolaridad.
En resumen, es un libro recomendable más para estimular el debate que para encontrar ideas nuevas y aplicables.
| Nota de contenido: | Cap. 1. ¿Ciencia para todos?
Cap. 2. Alicia a través del microscopio
Cap. 3. Laboralorilandia y el mundo real
Cap. 4. La naturaleza de la verdadera ciencia
Cap. 5. El estudiante como científico
Cap. 6. ¿Para qué enseñamos ciencia?
Cap. 7. La ciencia de la época
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