Título : | El contrato social : o principios de derecho político | Tipo de documento: | texto impreso | Autores: | Jean-Jacques Rousseau (1712-1778), Autor ; Everardo Velarde, Traductor ; C. Rodríguez, Prefacio, etc | Editorial: | París [Francia] : Garnier | Fecha de publicación: | 1926 | Número de páginas: | 333 p | Idioma : | Español (spa) | Clasificación: | [Palabras claves]DERECHOS CIVILES [Palabras claves]FILOSOFÍA FRANCESA [Palabras claves]PODER
| Resumen: | El contrato social es un libro emblemático en la historia del pensamiento político occidental, un libro impulsor de revoluciones –la de 1789- y de revolucionarios –de Robespierre a Simón Bolívar y Fidel Castro–, una obra a contracorriente que ensalza, en la Europa de las monarquías absolutas, la democracia directa de las repúblicas de la Antigüedad en las que el pueblo, reunido en asamblea, legislaba. El texto, malentendido con frecuencia, lejos de encarnar los grandes principios de la democracia moderna, como se ha dicho, reniega de ellos, tanto del sistema representativo implantado en Inglaterra a raíz de la Revolución Gloriosa de 1688, como de los derechos individuales o la división de poderes auspiciada por Locke y Montesquieu. Heredero del republicanismo de Maquiavelo, Rousseau somete al individuo a la colectividad, a esa voluntad general en cuyo nombre «se les obligará a ser libres». |
El contrato social : o principios de derecho político [texto impreso] / Jean-Jacques Rousseau (1712-1778), Autor ; Everardo Velarde, Traductor ; C. Rodríguez, Prefacio, etc . - París (Francia) : Garnier, 1926 . - 333 p. Idioma : Español ( spa) Clasificación: | [Palabras claves]DERECHOS CIVILES [Palabras claves]FILOSOFÍA FRANCESA [Palabras claves]PODER
| Resumen: | El contrato social es un libro emblemático en la historia del pensamiento político occidental, un libro impulsor de revoluciones –la de 1789- y de revolucionarios –de Robespierre a Simón Bolívar y Fidel Castro–, una obra a contracorriente que ensalza, en la Europa de las monarquías absolutas, la democracia directa de las repúblicas de la Antigüedad en las que el pueblo, reunido en asamblea, legislaba. El texto, malentendido con frecuencia, lejos de encarnar los grandes principios de la democracia moderna, como se ha dicho, reniega de ellos, tanto del sistema representativo implantado en Inglaterra a raíz de la Revolución Gloriosa de 1688, como de los derechos individuales o la división de poderes auspiciada por Locke y Montesquieu. Heredero del republicanismo de Maquiavelo, Rousseau somete al individuo a la colectividad, a esa voluntad general en cuyo nombre «se les obligará a ser libres». |
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