TÃtulo : | Aportes para una pedagogÃa de la persona | Otro tÃtulo : | Contributi ad una pedagogia della persona. Italian | Tipo de documento: | texto impreso | Autores: | Giuseppe Flores D'Arcais, Autor | Editorial: | Washington [U.S.A.] : OEA/OAS | Fecha de publicación: | 1995 | Colección: | Interamer num. 49 | Número de páginas: | 67 p. | ISBN/ISSN/DL: | 9780827034253 | Palabras clave: | PedagogÃa Educación TeorÃa personalista TeorÃa.Educación FilosofÃa.educación | Resumen: | Quienes penetren el significado de sus páginas no podrán obrar con ojos vÃrgenes, pues es posible que todas las formas de pensamiento de las ciencias de la educación habrán ya tejido su trama y creado su matriz. ¿Como será posible entonces aproximarse a esta obra? Esta es una segunda cuestión que, a condición de reformular la primera, quizás nos brinde la posibilidad de prefigurar el valor de la propuesta de Flores d’Arcais.
Tal como ocurrió en otras áreas, y esto es algo que la historiografÃa cientÃfica se ocupó de corroborar repetidamente, casi todos los grandes progresos del conocimiento humano han sido debidos a la necesidad inaplazable de hallar un discurso orgánico, lógicamente coherente, y por ello, abierto a la edificación de sus principios y el crecimiento de su temática. En el ámbito del discurso en torno a la pedagogÃa, más precisamente en torno al esclarecimiento de la dÃada educación-pedagogÃa, pero también particularmente en latinoamérica, este es un asunto que aún se encuentra pendiente.
De allà la importancia del texto de Flores d’Arcais, pues su propuesta se inscribe bajo una insigne motivación. En efecto, no sólo nos invita a propiciar una reflección teórica y crÃtica para la pedagogÃa, sino que además nos ofrece rescatar el término persona para legitimar y (re)fundar desde allà el genuino referente del pensamiento pedagógico contemporáneo. Referente que, nunca estuvo ausente en la tradición latinoamericana, precisa hoy más que nunca reemprender su significado más auténtico.
Sin embargo, es importante enfatizar que el reclamo por discernir cuál es la lógica propia del discurrir pedagógico también lleva a procurar un esfuerzo de re-cognición que busca problematizar y criticar el accionar que surge a partir de la elemental experiencia del hecho educativo. Es en esta posición dialógica y argumentativa que se nos ofrece la clave para descifrar quién es el protagonista del accionar educativo, bajo qué (cómo) caminos preferenciales procede y por qué deberÃa ser sujeto de tal educación. Ocurre que para Flores d’Arcais, la educación es un discurrir que denominando y definiendo lo propio de su accionar, aunque pueda deducir desde allà un saber constatativo, descriptivo y objetivo, permanece aún en la restringida nebulosa de lo impersonal y lo todavÃa no explÃcito. De allà la exigencia de conformar un discurso que pueda descifrar lo propio de la educación, que será también el principio de su autonomÃa epistémica, porque la educación precisa para su esclarecimiento la confrontación que la pedagogÃa le puede aportar desde sus tres pilares principales: antropologÃa, axiologÃa (teleologÃa) y metodologÃa.
Pero comprender cómo el uso del término persona (a veces difuso en otras ciencias, como la sociologÃa, la polÃtica o la psicologÃa), puede constituirse en punto de discernimiento para la temática pedagógica-educativa latinoamericana no implica tan sólo reconocer la interioridad del ser. Si bien es necesario partir de tal reconocimiento, ello es insuficiente. TodavÃa se nos exige reconocer que la singularidad personal es un yo que posee su razón y poder. Porque sólo a condición de reconocerlo en su yo, este podrá pronunciarse, tomar su palabra, reconocerse y decirse como tal: un yo abierto al otro y al más allá: con un proyecto por realizar, históricamente delimitado y por tanto irrepetible, comprometido; libre y reconocible en su dignidad.
Al filo del segundo milenio, cuando todavÃa la interioridad sigue considerándose como una categorÃa no filosófica, Giuseppe Flores d’Arcais tiene la genial osadÃa de hacer de la persona un cuestionamiento radical para la reflexión pedagógica. Creo no equivocarme si afirmo que este libro transcenderá nuestro tiempo: en él se encuentra la raÃz y la encrucijada, la problemática y su crÃtica. Quizás a partir de su contribución, los lectores latinoamericanos podrán formular sus preguntas y hacer las propias, tratando de hallar en su discurso, en su paisaje y contexto, el sentido esencial y singular para la pedagogÃa que la educación de nuestro pueblo espera.
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Aportes para una pedagogÃa de la persona = Contributi ad una pedagogia della persona. Italian [texto impreso] / Giuseppe Flores D'Arcais, Autor . - OEA/OAS, 1995 . - 67 p.. - ( Interamer; 49) . ISSN : 9780827034253 Palabras clave: | PedagogÃa Educación TeorÃa personalista TeorÃa.Educación FilosofÃa.educación | Resumen: | Quienes penetren el significado de sus páginas no podrán obrar con ojos vÃrgenes, pues es posible que todas las formas de pensamiento de las ciencias de la educación habrán ya tejido su trama y creado su matriz. ¿Como será posible entonces aproximarse a esta obra? Esta es una segunda cuestión que, a condición de reformular la primera, quizás nos brinde la posibilidad de prefigurar el valor de la propuesta de Flores d’Arcais.
Tal como ocurrió en otras áreas, y esto es algo que la historiografÃa cientÃfica se ocupó de corroborar repetidamente, casi todos los grandes progresos del conocimiento humano han sido debidos a la necesidad inaplazable de hallar un discurso orgánico, lógicamente coherente, y por ello, abierto a la edificación de sus principios y el crecimiento de su temática. En el ámbito del discurso en torno a la pedagogÃa, más precisamente en torno al esclarecimiento de la dÃada educación-pedagogÃa, pero también particularmente en latinoamérica, este es un asunto que aún se encuentra pendiente.
De allà la importancia del texto de Flores d’Arcais, pues su propuesta se inscribe bajo una insigne motivación. En efecto, no sólo nos invita a propiciar una reflección teórica y crÃtica para la pedagogÃa, sino que además nos ofrece rescatar el término persona para legitimar y (re)fundar desde allà el genuino referente del pensamiento pedagógico contemporáneo. Referente que, nunca estuvo ausente en la tradición latinoamericana, precisa hoy más que nunca reemprender su significado más auténtico.
Sin embargo, es importante enfatizar que el reclamo por discernir cuál es la lógica propia del discurrir pedagógico también lleva a procurar un esfuerzo de re-cognición que busca problematizar y criticar el accionar que surge a partir de la elemental experiencia del hecho educativo. Es en esta posición dialógica y argumentativa que se nos ofrece la clave para descifrar quién es el protagonista del accionar educativo, bajo qué (cómo) caminos preferenciales procede y por qué deberÃa ser sujeto de tal educación. Ocurre que para Flores d’Arcais, la educación es un discurrir que denominando y definiendo lo propio de su accionar, aunque pueda deducir desde allà un saber constatativo, descriptivo y objetivo, permanece aún en la restringida nebulosa de lo impersonal y lo todavÃa no explÃcito. De allà la exigencia de conformar un discurso que pueda descifrar lo propio de la educación, que será también el principio de su autonomÃa epistémica, porque la educación precisa para su esclarecimiento la confrontación que la pedagogÃa le puede aportar desde sus tres pilares principales: antropologÃa, axiologÃa (teleologÃa) y metodologÃa.
Pero comprender cómo el uso del término persona (a veces difuso en otras ciencias, como la sociologÃa, la polÃtica o la psicologÃa), puede constituirse en punto de discernimiento para la temática pedagógica-educativa latinoamericana no implica tan sólo reconocer la interioridad del ser. Si bien es necesario partir de tal reconocimiento, ello es insuficiente. TodavÃa se nos exige reconocer que la singularidad personal es un yo que posee su razón y poder. Porque sólo a condición de reconocerlo en su yo, este podrá pronunciarse, tomar su palabra, reconocerse y decirse como tal: un yo abierto al otro y al más allá: con un proyecto por realizar, históricamente delimitado y por tanto irrepetible, comprometido; libre y reconocible en su dignidad.
Al filo del segundo milenio, cuando todavÃa la interioridad sigue considerándose como una categorÃa no filosófica, Giuseppe Flores d’Arcais tiene la genial osadÃa de hacer de la persona un cuestionamiento radical para la reflexión pedagógica. Creo no equivocarme si afirmo que este libro transcenderá nuestro tiempo: en él se encuentra la raÃz y la encrucijada, la problemática y su crÃtica. Quizás a partir de su contribución, los lectores latinoamericanos podrán formular sus preguntas y hacer las propias, tratando de hallar en su discurso, en su paisaje y contexto, el sentido esencial y singular para la pedagogÃa que la educación de nuestro pueblo espera.
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