Título : | Introducción a Vaz Ferreira | Tipo de documento: | documento electrónico | Autores: | Arturo Ardao (1912-2003), Autor | Editorial: | Montevideo [Uruguay] : Barreiro y Ramos | Fecha de publicación: | 1961 | Número de páginas: | 86 p | Idioma : | Español (spa) | Clasificación: | [Palabras claves]FILOSOFIA URUGUAYA [Palabras claves]POSITIVISMO [Palabras claves]VAZ FERREIRA, CARLOS, 1872-1958
| Resumen: | En octubre de 1892 hace exactamente sesenta años, un difundido diario de Montevideo1 publicaba una nota con este título: “De Carlos Vaz Ferreira”, Seguían estas palabras explicativas: “De una colección de pensamientos aparecidos en
Las Primeras Ideas con el seudónimo docteur—Pascal, tomamos algunos que son de verdadero mérito. Pertenecen al aventajado estudiante Carlos Vaz Ferreira”. Con una incipiente aureola de pensador, llegaba así al gran público por vez primera, traspasando el marco de las aulas y de las revistas estudiantiles, el nombre fatigado hoy de celebridad, de Vaz Ferreira. Contaba entonces éste veinte años apenas cumplidos. Pero estaba imperiosamente resuelta ya su vocación, prefi
gurada por entero su personalidad. Entre los pensamientos que reprodujo en aquella ocasión el diario montevideano, temprana mente tocados todos ellos por la típica manera vazferreiriana, figuraba éste:“Cada generación que aparece es una nueva corriente que se dirige al porvenir: llegaría completa hasta él si no existiera un abismo, el remolino de la política en que van a precipitarse todas esas inteligencias. El remolino las absorbe y las estrecha a medida
que va estrechando sus espirales. Y entonces sólo se ven unos pocos elegidos que pasan nadando trabajosamente asidos de una tabla de salvación: alguna obra científica o histórica, alguna obra filosófica, algún drama de Shakespeare o algún poema de Homero”.Desde la situación vital de su autor, en la móvil vanguardia de una generación que aparecía, esa reflexión — no importa ahora aquí su validez intrínseca— era una autorreflexión. Todo un programa, a la vez, quedaba inscripto en ella. Los elegidos de que allí se habla, son en definitiva autoelegidos. Tal elección es una autoelección. Y Vaz Ferreira no parece haber tenido dificultad en hacer la suya. El escolar docteur Pascal de 1892 era ya — y la hazaña estuvo en poder y saber seguir siéndolo— el pensador de la Lógica Viva de 1910 o del Fermentarlo de 1938. Es hermoso comprobarlo, como una forma de homenaje que acaso le resulte especialmente grata, en este otro octubre de 1952 en que rodeamos al filósofo, con admiración y gratitud, en sus ochenta años de edad. Es hermoso comprobarlo para ratificar que, en el campo de la filosofía, él ha sido en su generación el gran elegido — autoelegido— al que una auténtica obra salva, según lo quería, del naufragio incesante del tiempo. | Licencia : | Dominio Público | En línea: | https://anaforas.fic.edu.uy/jspui/handle/123456789/57269 |
Introducción a Vaz Ferreira [documento electrónico] / Arturo Ardao (1912-2003), Autor . - Montevideo (Uruguay) : Barreiro y Ramos, 1961 . - 86 p. Idioma : Español ( spa) Clasificación: | [Palabras claves]FILOSOFIA URUGUAYA [Palabras claves]POSITIVISMO [Palabras claves]VAZ FERREIRA, CARLOS, 1872-1958
| Resumen: | En octubre de 1892 hace exactamente sesenta años, un difundido diario de Montevideo1 publicaba una nota con este título: “De Carlos Vaz Ferreira”, Seguían estas palabras explicativas: “De una colección de pensamientos aparecidos en
Las Primeras Ideas con el seudónimo docteur—Pascal, tomamos algunos que son de verdadero mérito. Pertenecen al aventajado estudiante Carlos Vaz Ferreira”. Con una incipiente aureola de pensador, llegaba así al gran público por vez primera, traspasando el marco de las aulas y de las revistas estudiantiles, el nombre fatigado hoy de celebridad, de Vaz Ferreira. Contaba entonces éste veinte años apenas cumplidos. Pero estaba imperiosamente resuelta ya su vocación, prefi
gurada por entero su personalidad. Entre los pensamientos que reprodujo en aquella ocasión el diario montevideano, temprana mente tocados todos ellos por la típica manera vazferreiriana, figuraba éste:“Cada generación que aparece es una nueva corriente que se dirige al porvenir: llegaría completa hasta él si no existiera un abismo, el remolino de la política en que van a precipitarse todas esas inteligencias. El remolino las absorbe y las estrecha a medida
que va estrechando sus espirales. Y entonces sólo se ven unos pocos elegidos que pasan nadando trabajosamente asidos de una tabla de salvación: alguna obra científica o histórica, alguna obra filosófica, algún drama de Shakespeare o algún poema de Homero”.Desde la situación vital de su autor, en la móvil vanguardia de una generación que aparecía, esa reflexión — no importa ahora aquí su validez intrínseca— era una autorreflexión. Todo un programa, a la vez, quedaba inscripto en ella. Los elegidos de que allí se habla, son en definitiva autoelegidos. Tal elección es una autoelección. Y Vaz Ferreira no parece haber tenido dificultad en hacer la suya. El escolar docteur Pascal de 1892 era ya — y la hazaña estuvo en poder y saber seguir siéndolo— el pensador de la Lógica Viva de 1910 o del Fermentarlo de 1938. Es hermoso comprobarlo, como una forma de homenaje que acaso le resulte especialmente grata, en este otro octubre de 1952 en que rodeamos al filósofo, con admiración y gratitud, en sus ochenta años de edad. Es hermoso comprobarlo para ratificar que, en el campo de la filosofía, él ha sido en su generación el gran elegido — autoelegido— al que una auténtica obra salva, según lo quería, del naufragio incesante del tiempo. | Licencia : | Dominio Público | En línea: | https://anaforas.fic.edu.uy/jspui/handle/123456789/57269 |
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