TÃtulo : | Pensar sin estado : La subjetividad en la era de la fluidez | Tipo de documento: | texto impreso | Autores: | Ignacio Lewkowicz, Autor | Editorial: | Buenos Aires : Paidós | Fecha de publicación: | 2008 | Colección: | Espacios de poder | Número de páginas: | 256 p. | Dimensiones: | 21 x 13 cm. | ISBN/ISSN/DL: | 978-950-12-6540-8 | Palabras clave: | Ciencias sociales SociologÃa polÃtica | Resumen: | Pensar sin Estado no sugiere tanto la idea de que el Estado haya desaparecido en un sentido literal sino que remite a ciertas configuraciones en el plano simbólico que la idea de Estado posibilita y materializa. Podemos verificar, dice, organizaciones técnicas, militares, administrativas, con un vasto grado de influencia. Pero la subjetividad estatal no arraiga en la mera existencia del Estado, sino en su soberanÃa.
Se explica entonces esta oposición entre representaciones e instituciones en base a una serie de argumentos. Por un lado, lo que hace que un pueblo sea un pueblo, una nación, es un intangible: su historia. Y a partir de ahà la hegemonÃa especular de la historia como aparato ideológico del Estado. De ahà que la sociologÃa no hallara el soporte sustancial del lazo social: era instituido. De ahà también que la historia no lo buscara: lo producÃa. En la obra de Lewkowicz lo que se pone en duda no es la existencia de un Estado sino su funcionalidad como organizador de la experiencia subjetiva que la categorÃa de "ciudadano" garantizaba.
La categorÃa de ciudadano se presenta como aquella instancia que establece un soporte subjetivo para el Estado-Nación. La terna Estado - Nación - ciudadano instituye una "ficción" que se acepta como verdadera hasta que el propio proceso práctico la desintegra. En sus palabras, hasta que la ficción "se agota". Por ficción no se pretende denotar falsedad, sino que se define el término como una entidad que otorga "consistencia discursiva a lazos precarios, instituidos" que sin embargo se habitan como paisaje natural, y que se perciben verdaderos hasta tanto la ficción no se haya agotado.
Uno de los procesos paralelos a la disolución de la función estatal que con mucha precisión se asemeja a los fenómenos de similar naturaleza que afectan a la figura del docente como funcionario autorizado por la ficción del Estado, es la idea de que el Estado ya no se define prácticamente como nacional, sino como técnico-administrativo o técnico-burocrático. Su legitimidad no proviene hoy de su anclaje en la huistoria nacional sino de su eficacia en el momento en que efectivamente opera.
En última instancia, buena parte de la reflexión gira en torno a la vieja idea de lo instituido y lo instituyente. Cuando se puede percibir el carácter inventado o instituido o inventado de lo que se percibÃa como natural, es que eso mismo se está agotando, es que el proceso práctico hace aparecer las condiciones que lo hacen aparecer retroactivamente inteligible como instituido. |
Pensar sin estado : La subjetividad en la era de la fluidez [texto impreso] / Ignacio Lewkowicz, Autor . - Paidós, 2008 . - 256 p. ; 21 x 13 cm.. - ( Espacios de poder) . ISBN : 978-950-12-6540-8 Palabras clave: | Ciencias sociales SociologÃa polÃtica | Resumen: | Pensar sin Estado no sugiere tanto la idea de que el Estado haya desaparecido en un sentido literal sino que remite a ciertas configuraciones en el plano simbólico que la idea de Estado posibilita y materializa. Podemos verificar, dice, organizaciones técnicas, militares, administrativas, con un vasto grado de influencia. Pero la subjetividad estatal no arraiga en la mera existencia del Estado, sino en su soberanÃa.
Se explica entonces esta oposición entre representaciones e instituciones en base a una serie de argumentos. Por un lado, lo que hace que un pueblo sea un pueblo, una nación, es un intangible: su historia. Y a partir de ahà la hegemonÃa especular de la historia como aparato ideológico del Estado. De ahà que la sociologÃa no hallara el soporte sustancial del lazo social: era instituido. De ahà también que la historia no lo buscara: lo producÃa. En la obra de Lewkowicz lo que se pone en duda no es la existencia de un Estado sino su funcionalidad como organizador de la experiencia subjetiva que la categorÃa de "ciudadano" garantizaba.
La categorÃa de ciudadano se presenta como aquella instancia que establece un soporte subjetivo para el Estado-Nación. La terna Estado - Nación - ciudadano instituye una "ficción" que se acepta como verdadera hasta que el propio proceso práctico la desintegra. En sus palabras, hasta que la ficción "se agota". Por ficción no se pretende denotar falsedad, sino que se define el término como una entidad que otorga "consistencia discursiva a lazos precarios, instituidos" que sin embargo se habitan como paisaje natural, y que se perciben verdaderos hasta tanto la ficción no se haya agotado.
Uno de los procesos paralelos a la disolución de la función estatal que con mucha precisión se asemeja a los fenómenos de similar naturaleza que afectan a la figura del docente como funcionario autorizado por la ficción del Estado, es la idea de que el Estado ya no se define prácticamente como nacional, sino como técnico-administrativo o técnico-burocrático. Su legitimidad no proviene hoy de su anclaje en la huistoria nacional sino de su eficacia en el momento en que efectivamente opera.
En última instancia, buena parte de la reflexión gira en torno a la vieja idea de lo instituido y lo instituyente. Cuando se puede percibir el carácter inventado o instituido o inventado de lo que se percibÃa como natural, es que eso mismo se está agotando, es que el proceso práctico hace aparecer las condiciones que lo hacen aparecer retroactivamente inteligible como instituido. |
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